La caridad es como el sol…

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San Juan Calabria nos visita con su billetera
¡Este portafolio está vacío! No hay nada para robar y, sin embargo, es valiosísimo… Objeto común y simple, pero pertenece al que sabía darle un justo lugar en la organización de una familia, digamos, bastante comprometida con la gestión.
No era extraño que la billetera de san Juan Calabria estuviera siempre vacía, porque todo lo que llegaba era inmediatamente usado para las exigencias de la Casa. Es un error. O, al menos, sólo parcialmente verdadero. ¡Todo aquello que llegaba era utilizado para alabar a la Providencia, que no dejaba jamás de faltar aquello que era necesario!
 
San Juan Calabria nos habla con su billetera
Ciertamente éste, entre otros objetos, es el más hablador, porque estaba siempre “con la boca abierta”… y porque ha sido testigo de muchos episodios concretos que hablan  “de abandono a la Providencia”.
A la raíz de cada opción económica estaba la confianza ilimitada en Dios Padre, que no habría abandonado a su Obra y al “pobre Casero”. ¡Sólo a Él debía recurrir sin esperar apoyos humanos!
Y la Providencia de Dios no se hacía esperar, empezando por “aquella primera providencia que era tener “la cabeza sobre el cuello”.
Pero esta billetera es un precioso testigo, también de otro aspecto extraordinario del padre Juan Calabria: “desafiaba a la Providencia de Dios con la caridad”, compartiendo lo poco que tenía con aquel que era el más pobre y necesitado de ayuda, ¡a pesar de las miles de necesidades de la Casa! Esta era su verdadera riqueza, es decir, sembrar la caridad con la seguridad de que Dios no se dejaría superar en generosidad”.
Puede parecer extraño, pero la billetera de san Juan Calabria tiene todavía muchas cosas para decirnos, aún en el complejo mundo de la actual economía, sobre cómo podríamos hacer una administración eficiente y eficaz… bien, ¿pero en qué sentido?