San Juan Calabria nos visita con sus zapatos
Los zapatos fueron elegidos como el "primer paso" de nuestra Exposición Itinerante. No son zapatos especiales, ¡sino sus normalísimos zapatos!
No tienen quién sabe qué tipo de poder taumatúrgico, sólo son un símbolo muy fuerte de la voluntad de llegar lejos. Empezando por la decisión de ponérselos o no… ¡se puede optar por permanecer sentados cómodamente en un sofá y calzarse unas blandas pantuflas, o levantarse y partir!
Y partir… ¿para dónde?
Es cierto, se necesita tener un objetivo, para ponerse en movimiento, y San Juan Calabria lo tenía claro, era buscar el Reino de Dios, antes que cualquier otra razón.
No tienen quién sabe qué tipo de poder taumatúrgico, sólo son un símbolo muy fuerte de la voluntad de llegar lejos. Empezando por la decisión de ponérselos o no… ¡se puede optar por permanecer sentados cómodamente en un sofá y calzarse unas blandas pantuflas, o levantarse y partir!
Y partir… ¿para dónde?
Es cierto, se necesita tener un objetivo, para ponerse en movimiento, y San Juan Calabria lo tenía claro, era buscar el Reino de Dios, antes que cualquier otra razón.
San Juan Calabria nos habla con sus zapatos
Si pudieran hablar, los zapatos de Juan Calabria nos hablarían del cuidado con que se los calzaba, no sólo porque siempre había mucho que hacer, sino porque el mensaje que tenía que llegar a través de esos pies ¡no tenía tiempo que perder!
No era por lo "qué" había que hacer ese día, sino el "porqué"... Y si el "porqué" era la respuesta al llamado a ser "Evangelios vivientes", entonces había que correr, ¡a toda prisa! al encuentro con las personas que estaban esperando esa "buena noticia"
Gracias a ustedes, zapatos, que llegaron hasta nosotros con la pregunta “¿en qué dirección ustedes van hoy? ¿Siguen teniendo el mismo entusiasmo por encontrar a las personas, porque saben que ustedes son, hoy, una buena noticia?”
Llevaremos esta pregunta al comenzar nuestras actividades, nuestros servicios, nuestra misión, y también aquí mismo donde estamos, sintiendo los dedos de los pies moviéndose dentro de nuestros zapatos, ahora (¡pruébenlo!) agradezcamos por el regalo de nuestro llamado a estar aquí y ahora.


No era por lo "qué" había que hacer ese día, sino el "porqué"... Y si el "porqué" era la respuesta al llamado a ser "Evangelios vivientes", entonces había que correr, ¡a toda prisa! al encuentro con las personas que estaban esperando esa "buena noticia"
Gracias a ustedes, zapatos, que llegaron hasta nosotros con la pregunta “¿en qué dirección ustedes van hoy? ¿Siguen teniendo el mismo entusiasmo por encontrar a las personas, porque saben que ustedes son, hoy, una buena noticia?”
Llevaremos esta pregunta al comenzar nuestras actividades, nuestros servicios, nuestra misión, y también aquí mismo donde estamos, sintiendo los dedos de los pies moviéndose dentro de nuestros zapatos, ahora (¡pruébenlo!) agradezcamos por el regalo de nuestro llamado a estar aquí y ahora.

